Tuesday, May 09, 2006


Medicalización de los rostros de la locura (y) en la modernidad

“La demencia en el individuo es algo raro;
En los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla.”
Friedrich Wilhelm Nietzsche



Sin duda alguna es bastante ambicioso tratar de emprender el proyecto de Foucault, más aun si se quiere dar un salto hacia adelante para situar a la locura (específicamente lo tratado en los rostros de la locura), en una época post-clásica, con el afán bastante complejo de intentar entender a la locura con la irrupción de la ciencia y la medicina moderna.
Al dar un paso hacia delante en el proyecto Foucaultiano de investigar en la locura y su tratamiento, nos debemos mover necesariamente en la medicalización y cientificalización.
En la irrupción de la relación sujeto-objeto, Re-emplazo de la relación griega hombre-mundo, seria imposible tratar de entender (la) -esta ciencia moderna- con el pensamiento antiguo de la episteme griega, o con la scientia medieval.
Enunciando ya esto, intentemos dilucidar algunos rasgos de la singularización de la modernidad.
La ciencia, la técnica, la estética, la cultura y des-diosamiento, son los rasgos fundamentales que nos anuncia Heidegger. La ciencia es una conexión de conocimientos teóricos fundados y ordenados según principios. Los conocimientos se formulan en juicios; estos juicios son verdaderos, valen, y precisamente tiene valor en un sentido estricto, no el acto de juicio que el investigador particular formula al obtener el conocimiento, sino el sentido del juicio, su contenido. Cada ciencia, concebida en la idea de su perfección, es una conexión en sí subsistente, de sentidos que tienen validez. Las ciencias particulares concretas, como hechos culturales, condicionadas culturalmente no están nunca acabadas, sino siempre en camino, en la búsqueda de la verdad. La forma y modo como se encuentran los conocimientos en las ciencias particulares, es decir el método de la investigación, está determinado por el objeto de la ciencia respectiva, y por los puntos de vista bajo los cuales ésta los considera. Los métodos de investigación de las diferentes ciencias trabajan con ciertos conceptos fundamentales cuya estructura lógica tiene que tener en cuenta la teoría de la ciencia.
Heidegger toma a la técnica moderna como intervención en la naturaleza en el sentido de imposición. La técnica desarrolla un modo de intervención que es consecuente con la devastación de la tierra. Dicho desarrollo se basa en esta imposición la que dista de su concepción en la antigüedad donde la técnica se basaba en el descubrimiento
La estética contiene un presupuesto, encierra un prejuicio que tiene que ser cuestionado. Sobre todo el de que el Hombre es el Sujeto del arte, es decir, lo que le subyace, lo que lo sostiene y lo funda, su fundamento necesario y universal, su “razón de ser”. En un escrito de Heidegger, “La época de la imagen del mundo”, que ofrece en sus primeras páginas podemos leer: «Un tercer fenómeno de igual rango en la época moderna es el proceso que introduce al arte en el horizonte de la estética. Esto significa que la obra de arte se convierte en objeto de la vivencia y, en consecuencia, el arte pasa por ser expresión de la vida del hombre»
La cultura entendida como dice Heidegger, es el conjunto del obrar humano, regido por distintos valores
Y por ultimo el desdiosamiento, es la modernización del cristianismo (la relación a los dioses, es de experiencia, de vivencia) El desdiosamiento es el proceso de doble faz por el cual, de un lado, la idea general del mundo se cristianiza, en la medida en que el fundamento del mundo es puesto como infinito, como incondicionado, como absoluto, y por el otro lado el cristianismo transforma su ideal de vida en una visión de mundo (la visión cristiana del mundo) y así se acomoda a los tiempos nuevos. El desdiosamiento es el estado de indecisión con respecto a Dios y con respecto a los dioses. El cristianismo es el principal responsable de su llegada.

Ahora bien la esencia de la ciencia moderna no radica en su exactitud, en su matematicidad, sino más bien radica en su investigación.
La ciencia moderna esta caracterizada por su proceder anticipador (rigor), por lo que acontece dentro de… lo que abre el proyecto (método, experimento) y por su carácter de empresa que invita a la especialización.
Asumiendo ya estos factores que inciden directamente en la modernidad puesto que la enmarcan, fijan su límite y la regulariza, tratemos de adentrarnos en el capitulo de la historia de la locura en la época clásica. Antes bien, brevemente intentaré hacer un pseudo resumen del capitulo titulado “el loco en el jardín de las especies” con el afán de introducir a “los rostros de la locura” en cierto contexto histórico-social.
El proyecto Foucaultiano se ve en constante paradoja, en cuanto hay conciencia de la locura, pero se pierde en la multiplicidad. Identifica dos conciencias en la primera parte del capitulo, las cuales son, la conciencia critica, que se caracteriza por haber una relación excluyente, la razón se juega todo por sobreponerse a la locura, es pues una exclusión ontológica, en la que la locura es por la razón.
Y la conciencia practica, es aquí pues donde comienza el internamiento de la locura. La percepción de la locura no es un hecho macizo, homogéneo, sino múltiple, heterogéneo.
A pesar de esto en las dos conciencias –critica y practica- hay teoría y practica conjugadas
Ya en la segunda parte del capitulo distingue un cambio en la conciencia social de la locura, donde también hay conjugadas teoría y practica, irrupción de la conciencia analítica y la conciencia enunciadora.
No es necesario precisar tanto en este ensayo ciertos conceptos, con el afán de no dilatar, de manera que resulte menos tedioso leer.
Dentro de la conciencia analítica se manifiestan las percepciones sensibles acerca de la locura, existe una conciencia palpable del reconocimiento de la locura. La propiedad para enunciar la locura deja se la del yo con el loco, y pasa a ser del loco con los otros (conciencia inquisidora si se toma la imagen de “El gran inquisidor”, óleo de Ismael de la Serna, en la que el juez mira un acto de marionetas), el loco es el otro en medio de los otros, por lo tanto hay una identificación inmediata, lo que produce el ver al loco como algo cercano, no obstante la locura para el yo es lejana (no se sabe lo que es la locura puesto que se determina solo al loco como objeto dentro del mundo).
Hay aquí una identificaron de dos preguntas la pregunta medica y la pregunta critica, en este caso solo profundizaremos en la pregunta medica en pos de seguir el curso regular del ensayo. La pregunta médica sitúa a la locura en un ámbito natural, por tanto sitúa a la locura ya no en un ámbito negativo, sino más bien en uno positivo. Esto mezclado con la pretensión de la conciencia analítica que busca identificar en la locura aquello que hable de si (razón), nos dará paso a hablar de los rostros de la locura, para luego enmarcarlos en la ciencia moderna medicalizada.
En el siglo XIII los Nosografos, comienzan a identificar tipos de locura, clasificándolos y agrupándolos, con esto la locura pasa a ser otra mal dentro de las enfermedades. Toma también la locura ante la razón una doble razón de ser, “yo soy razonable, el loco es irracional.”, pero con un objetivo medico también la locura merece ser estudiada y comprendida, en la búsqueda Nosografica, se encuentra también la razón.
En “los rostros de la locura” nos movemos dentro de la pregunta médica hacia la locura, pero no hay separación con la pregunta analítica puesto que siempre es desde la razón, un ejemplo claro de esto es por ejemplo en la melancolía donde es identificable desde tiempos antiguos la razón en ella, “los melancólicos son gentes que, fuera de eso, son muy inteligentes y sensatos, que poseen una penetración y una sagacidad extraordinarias. Aristóteles también observó con razón que los melancólicos tienen más discernimiento que los otros”.
La locura es una negatividad en la época clásica hasta la medicalizacion, este es el objetivo central de este capitulo, mostrar como hay un cambio de sentido en la mirada a la locura. Bajo los rostros de la locura del análisis medico, se realiza un relación entre la SIN-RAZÓN (sentido ultimo de la locura) y la racionalidad como forma de la verdad.
En la distinción grupal de los rostros de la locura el primer rostro es la demencia, en la época clásica es la demencia la enfermedad del espíritu mas cercana a la esencia de la locura, pero la locura entendida en todo lo negativo, o sea desorden, descomposición, no-razón, no-verdad.
La demencia es en el espíritu solo azar y determinismo total, todos los efectos pueden producirse porque todas las causas pueden provocarla. No tiene síntomas, pero es la posibilidad abierta de todos los síntomas de la locura.
Willis otorga como síntoma de la demencia a la stupiditas “la estupidez es, el defecto de la inteligencia y del juicio”, ataque a la razón.
Sin embargo no es posible establecer a la estupidez como primer síntoma, debido a que el alma racional no esta en el cuerpo sin una mediación:
“anima sensitiva sive corporea” (mente sensible o bien corporea). Es quien lleva los poderes intermediarios y mediadores de la imaginación y de la memoria. En la demencia es trastocada en la mediación, en consecuencia la imaginación y la memoria.
La demencia supone la afección del cerebro, la afección de los espíritus, o bien puede ser también una afección mixta, la demencia es en la época clásica, la locura situada en el sistema nervioso. Al ser parte de este sistema se medicaliza la locura por la demencia y adquiere de manera patente un carácter positivo.
A pesar de la identificación de la demencia como una afección dentro del sistema nervioso, no es posible en la época clásica, definirla como una patología al no haber sintomatología para la misma. Naturalmente no le pertenece ninguna forma de violencia, delirio o alucinación. Su verdad solo está hecha por una yuxtaposición de causas naturales que pueden ser totalmente distintos el nivel, el orden o la naturaleza. Y por una serie de efectos, que la única causa común es la ausencia o el funcionamiento defectuoso de la razón.
En este de la medicalización caso se contraponen la positividad fragmentaria de la naturaleza y la negatividad homogénea de la sin razón, en otras palabras, choca el ser de la naturaleza con el no-ser de la sin razón.
La tarea pues de la nosografía, al no poder determinar la demencia por si sola comienza a encerrarla cual Platón al sofista. La demencia queda limitada a dos grupos de conceptos vecinos: demencia y frenesí, y demencia y estupidez.
El objetivo primordial de la nosografía es encontrar sintomatología aunque sea la que no tiene la demencia, hace una inversión del método tradicional en la búsqueda de síntomas de una enfermedad, nos encontramos que a pesar de la positividad de la locura por la medicalizacion, esta se segmenta debido a que la demencia sigue en la negatividad por su ocultamiento a la medicina.
El frenesí siempre va acompañado de fiebre, mientras la demencia es apirética, la caracterización del frenesí según Cullen nos es revelada de la siguiente manera: “Los signos mas ciertos del frenesí son la fiebre aguda, un violento dolor de cabeza, la rojez, la hinchazón de la cabeza y de los ojos, tercos insomnios; el enfermo no puede soportar la impresión de la luz ni del menor ruido; se entrega a movimientos apasionados y furiosos.”
Hay un calor de tipo físico otro de tipo químico. El calor físico es producido por el exceso de movimientos, frecuentes, rápidos, que provocan un calentamiento por frote. Esa mi juicio el exceso de presión sanguínea, la alta a la normalidad de sangre irradiada al cerebro lo que provoca el calentamiento de los vasos por presión y roce. El calor de tipo químico es provocado al contrario por una ebullición sanguínea por inmovilidad, fermentación de sustancias en vegetación.
La noción hasta aquí sigue siendo abstracta y negativa, mientras que el frenesí se organiza por temas cualitativos, la ordena una dinámica de la inflamación.
La demencia y la estupidez en la practica son tratados como sinónimos, sin embargo poco a poco se va estableciendo una diferenciación etarea “la demencia es una especie de incapacidad de juzgar y de razonar sanamente; ha recibido diferentes nombres, según las distintas edades en que se manifiesta; en la infancia se llama ordinariamente tontería, simpleza; se la llama imbecilidad cuando se extiende a la edad de la razón; y cuando llega a la vejez se la conoce con el titulo de chochera o de segunda infancia”.
Luego de esto, más adelante se profundiza en la diferencia entre demencia y estupidez ya no solo como algo cronológico, sino que como oposición al mundo de la acción. El estupido es insensible a los estímulos, mientras que al demente les son indiferentes. Al estupido se le niega la realidad del mundo (negación de -por- si mismo ante la realidad), mientras que al demente no le importa.
Para Pinel la diferencia entre demencia y estupidez radica y es en suma una distinción de movimiento, el idiota está en una cierta parálisis del entendimiento y de los afectos morales, mientras que en el demente hay movimiento, puesto que se piensa, pero este pensamiento es en el vacío.
La demencia sigue estando muy cercana a la sin razón, es el mas sencillo de los conceptos médicos de alineación, el menos abierto a evaluaciones morales, a los sueños de la imaginación, pero es el mas incoherente en un sentido secreto.
En la actualidad la demencia ya no es tratada como locura, ya está completamente sintomatizada, las causas y efectos son totalmente sabidos e incluso es previsible. La demencia en la actualidad se refiere a un deterioro significativo de la memoria y de la función cognitiva que ocurre en una persona que anteriormente poseía capacidades intelectuales normales. Existe, por supuesto un leve deterioro normal en la memoria que ocurre en casi todos nosotros a medida que envejecemos. Con el envejecimiento normal, el deterioro es leve y no interfiere con las actividades normales. Pero en una persona que padece demencia, la capacidad para funcionar de manera normal e independiente se reduce. La mayoría de los casos de demencia se deben a la pérdida o daño de una porción de los 100 mil millones de células nerviosas del cerebro, o a los mil millardos de conexiones por medio de las cuales cada célula nerviosa se comunica con las demás.
Existen muchas causas para la demencia. Las enfermedades más conocidas que ocasionan demencia, como la enfermedad de Alzheimer (EA), tienden a ocurrir en personas de edad avanzada y a empeorar con el paso del tiempo. Otros tipos de demencia son causados por uno o más episodios de daño cerebral, o incluso un solo y severo golpe en la cabeza. Si la condición se diagnostica a tiempo, es posible evitar algunas de las causas de la demencia o hasta revertir su curso. Entre los ejemplos de las causas de demencia que se pueden tratar fácilmente se incluyen: coágulos de sangre que ejercen presión en la parte externa del cerebro (hematomas subdurales); la falta de vitamina B12; disfunción tiroidea; tumores cerebrales benignos; o exceso de líquido en las cavidades o ventrículos del cerebro (hidrocefalia con presión normal).
Las demencias más comunes que ocurren entre las personas de edad avanzada surgen de trastornos degenerativos progresivos, lo cual significa que la persona empeora con el paso del tiempo. Aún se desconoce la causa exacta de cada una de estas condiciones. La primera en la lista es la enfermedad de Alzheimer que es la responsable de más del 50% de la demencia en personas de edad avanzada. Pero existe una variedad de condiciones no tan comunes que también puede ocasionar una demencia progresiva. Algunas de estas condiciones incluyen demencia fronto-temporal (enfermedad de "pick"), la enfermedad de Parkinson, o demencia con cuerpos de Lewy, una condición similar a la de Parkinson que involucra la corteza externa del cerebro. Finalmente, las personas que padecen estrechez en los vasos sanguíneos pequeños o grandes, que abastecen el cerebro, también pueden desarrollar demencia, algunas veces seguida de una serie de pequeños derrames cerebrales en las que se presenta una leve debilidad, trastornos en el habla o entumecimiento, pero algunas veces sin poder definir el origen de los eventos.
Aunque la demencia es muy rara en personas jóvenes y de mediana edad, su probabilidad aumenta con la edad. A los 60 años sólo el uno o dos por ciento de las personas padecen demencia. Pero el porcentaje aumenta al doble cada cinco años en lo sucesivo. El riesgo de desarrollar demencia es 20 a 30 veces mayor en las personas que tienen 85 años comparado con aquellas que tienen 60. De todas estas personas que viven después de cumplir 85, casi la mitad sufre de algún grado de demencia, y aproximadamente el 20 por ciento se encuentra gravemente incapacitados por esta condición. Existe el paso en la modernidad de la clínica, al encierro en el asilo de ancianos. Con esto la carga de negatividad no es sacada fuera de ella, ahora la vejez es parte de la negatividad de la demencia. La demencia es la causa más común por la que se ingresa a una persona en un hogar para cuidado de ancianos. La demencia a pesar de eso no pierde su carácter de exclusión y de molestia dentro de la sociedad normalizada.
Las demencias progresivas, como la enfermedad de Alzheimer, se inician en forma muy gradual e insidiosa. Probablemente existe un período de muchos años durante el cual las células nerviosas se dañan o mueren, antes de que se manifieste algún cambio mental. Cuando la pérdida de células nerviosas alcanza un nivel crítico, los síntomas usualmente empiezan con pérdida de la memoria. Muchas personas que padecen demencia desarrollan comportamientos problemáticos, los que pueden ser más inquietantes que la pérdida de sus capacidades y aptitudes. Este comportamiento incluye ira sin justificación o comportamiento agresivo, alucinaciones o delirios, actividades motrices intensas como pasearse nerviosamente, cambios en las funciones del organismo, a veces con alteración en los patrones del sueño e incontinencia urinaria o del intestino. Vemos como se unifican ciertos patrones excluidos en la época clásica.
El diagnóstico de la demencia se realiza en tres etapas:
Primero, ¿existe algún deterioro significativo de las funciones mentales?
Segundo, ¿el deterioro se debe a demencia o a un proceso neurológico distinto, más aislado, (por ejemplo un derrame cerebral)?
Tercero, ¿cuál es la causa de la demencia?
Los médicos calificados para diagnosticar demencia son generalmente los neurólogos, psiquiatras o los geriatras especializados en este problema.
Este examen empieza con una historia detallada de los trastornos de la memoria e intelectuales, describiendo la naturaleza y avance de los síntomas de la persona. Un examen físico general más un examen sobre el estado neurológico y mental forman parte de la evaluación inicial.
El siguiente paso frecuentemente es una detallada evaluación psicológica del individuo. Esta evaluación puede demostrar si existe deterioro en su memoria y su función intelectual y la magnitud del problema.
Varios estudios de laboratorio, incluyendo imágenes del cerebro (exploración por resonancia magnética), análisis de sangre, etc., iniciados tan pronto como sea posible, sirven para distinguir las distintas causas de la demencia e identificar las condiciones que se pueden tratar que puedan originar o contribuir a la demencia.
Las causas de la demencia provienen de muchas enfermedades distintas, y cada enfermedad tiene un patrón diferente. La demencia que se puede tratar, por ejemplo la ocasionada por el hipotiroidismo, deficiencia de vitamina B12, o por un hematoma subdural, a menudo mejora y la persona puede regresar a su condición normal o casi normal, una vez que la condición fundamental es detectada y tratada. Esto es posible únicamente si el daño no ha llegado a ser irreversible.
La demencia debido a un evento único, como un golpe en la cabeza, un derrame cerebral o un episodio de encefalitis, puede mejorar durante varios meses y luego permanecer sin cambio alguno o "estática", indefinidamente.
La demencia ocasionada por la enfermedad de Alzheimer empeora con el paso de los años. El curso es invariablemente cuesta abajo, pero el índice de deterioro de las facultades de la persona varía en forma considerable. Normalmente, dentro de tres o cuatro años, una persona con enfermedad de Alzheimer es moderadamente dependiente de sus semejantes para realizar sus actividades diarias.
Algunas causas de demencia, que ocurren con muy poca frecuencia, pueden progresar con rapidez. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), (es un raro trastorno del cerebro, degenerativo e invariablemente mortal. En las etapas iniciales de la enfermedad, los pacientes sufren falla de la memoria, cambios de comportamiento, falta de coordinación y perturbaciones visuales. A medida que progresa la enfermedad, el deterioro mental se hace pronunciado y pueden ocurrir movimientos involuntarios, ceguera, debilidad de las extremidades y coma).
La enfermedad de Alzheimer tiene varias causas, incluyendo no menos de tres distintas mutaciones genéticas que afectan las formas familiares poco comunes, por lo menos un gen que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, y la edad avanzada, la cual es el factor de riesgo más importante y poderoso conocido hasta ahora. La pérdida o muerte de las células nerviosas y sus conexiones ("uniones sinápticas") en regiones estratégicas del cerebro ocasiona un deterioro en las funciones mentales, incluyendo la pérdida de células nerviosas en regiones específicas, "placas seniles" y "enredos neurofibrilares".
Las teorías actuales sugieren que la acumulación en el cerebro de proteínas anormales, llamadas "beta amiloide", que se encuentran en las placas seniles, puede contribuir materialmente a la muerte de las células nerviosas. En algunos casos de EA existen anormalidades en la descomposición química de una proteína progenitora, llamada "proteína precursora amiloidea", para formar un exceso de proteínas beta amiloideas. Las otras teorías indican anormalidades de una proteína diferente ("tau"), que se acumula en las células nerviosas en forma de enredos neurofibrilares; daño debido a la oxidación por radicales libres de oxígeno; desnaturalización de las proteínas fundamentales del cerebro; disminución de la capacidad de convertir los nutrientes en energía; y deterioro en el flujo sanguíneo hacia el cerebro.
Para la gran mayoría de personas que padecen demencia, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se hace generalmente al eliminar las otras causas de demencia utilizando un examen clínico minucioso y las pruebas de laboratorio. La exploración por resonancia magnética puede revelar la pérdida de tejido en una región muy importante del cerebro (lóbulo temporal medio). Y el análisis del líquido cefalorraquídeo (cerebroespinal), que se obtiene por medio de una punción lumbar, puede mostrar los cambios químicos (disminución en la cantidad de proteínas beta amiloideas o elevaciones de proteínas tau).
Existen tres estrategias de tratamiento que se utilizan actualmente:
Mejorar la función de las células nerviosas/sinapsis restantes con medicamentos "anticolinesterásicos", prevenir que otras condiciones no relacionadas dañen las células nerviosas restantes, controlar algunas anormalidades en el comportamiento.
Las células nerviosas normales se envían señales entre sí al secretar una pequeña cantidad de un químico llamado "neurotransmisor" que se adhiere a un "receptor" en otra célula nerviosa, ajustándose como una llave en una cerradura. Los enormes números de estas señales en un patrón determinado representan información para el cerebro. Y a medida que las señales se repiten, forman patrones fijos que se convierten en nuevas memorias. Un neurotransmisor que juega un papel importante en la formación de nuevas memorias es la sustancia química "acetilcolina", pero ésta permanece en el receptor sólo durante un breve período y se elimina rápidamente por medio de una enzima (acetilcolina). De tal manera, debido a que muchas células nerviosas que producen acetilcolina frecuentemente son dañadas y se pierden al inicio del curso de la enfermedad de Alzheimer, resultan inadecuadas las cantidades acetilcolina restantes necesarias para formar nuevas memorias. Los medicamentos anticolinesterásicos, permiten que la acetilcolina permanezca en el receptor durante más tiempo, contrarrestando la acción de la enzima acetilcolina y de esta manera mejorando la memoria de las personas que padecen Alzheimer.
Las personas con enfermedad de Alzheimer pierden células nerviosas a causa de la enfermedad. Debido a esto, los pacientes son especialmente vulnerables a otras condiciones que pueden dañar las células nerviosas tales como derrames o lesiones a la cabeza. La eliminación de los factores de riesgo (por ejemplo, disminuir el colesterol o reducir la presión arterial) pueden evitar que estas condiciones aceleren el proceso de la demencia.
Debido a que existen muchas causas para la demencia, cada tratamiento depende de su origen específico.
Los tumores cerebrales benignos y los coágulos de sangre se pueden eliminar quirúrgicamente, cuando sea indicado.
Las inyecciones de vitamina B12 pueden revertir las deficiencias.
Se pueden administrar hormonas tiroideas a los pacientes con hipotiroidismo.
Se pueden administrar antidepresivos a los pacientes que sufren de depresión.
Se puede drenar el exceso de líquido de los ventrículos del cerebro por medio de un procedimiento quirúrgico denominado shunt.

En el siglo XVI la noción de melancolía estaba formada por ciertos síntomas consistentes en todas las ideas delirantes de sí mismo.
Sus causas se basan en el humor negro que hay en el cerebro, el delirio parcial y la acción de la bilis negra se asocian en la noción de melancolía.
La melancolía en el siglo XVI se puede resumir en cuatro puntos fundamentales:
*-La causalidad de las sustancias es re-emplazada por las cualidades, que se transmiten del cuerpo al alma sin soporte.
*-Estas cualidades tienen una dinámica: el frió y la sequedad entran en conflicto con el temperamento (acá se genera una enajenación de lo natural en cuanto a la melancolía en las mujeres. Las mujeres por su naturaleza son poco accesibles a la melancolía, los síntomas se exacerban cuando la melancolía las ataca.)
*-El conflicto puede nacer dentro de la misma cualidad. (en el calor por ejemplo la llama de la vela puede ser apagada por un montón de cera volteada, produciéndose el enfriamiento.)
*-circunstancias, accidentes y condiciones de la vida pueden modificar las cualidades, así un ser frío y seco, puede ser húmedo y caliente.
La melancolía es una unidad simbólica en aquel tiempo, formada por la languidez de los fluidos, por el oscurecimiento de los espíritus y por la sombra que estos extienden sobre las imágenes de las cosas, por la viscosidad de la sangre que difícilmente se mueve por los vasos, por el espesor de los vapores que se ennegrecen, por funciones viscerales que se han hecho mas lentas, como si los órganos se viesen cubiertos por una viscosidad.
Para explicar la melancolía, me referiré a la diferenciación entre la manía y la melancolía.
El espíritu melancólico está ocupado con la reflexión, por tanto la imaginación permanece en reposo, en ociosidad. Mientras que en el maniaco, la fantasía y la imaginación están ocupadas por un flujo perpetuo de pensamientos.
El espíritu melancólico sobre un objeto, único, y al que loe atribuye proporciones irrazonables. El maniaco deforma objetos y nociones; o bien los objetos pierden su congruencia, o está falseada su representación.
La melancolía se presenta siempre acompañada de miedo y tristeza, mientras en el maniaco se observa la audacia y el furor.
La noción metafísica de los espíritus que se usaba para explicar la manía y la melancolía cambia en el siglo XVIII, por una visión más simbólica y física de las tensiones o distensiones de los nervios, vasos y fibras orgánicas.
La manía en esta visión se considera entonces una tensión de las fibras llevadas a su excitación, y el maniaco como una especie de instrumento cuyas cuerdas, por el efecto de un arrastre exagerado, comenzaran a vibrar con la excitación más débil y lejana. El melancólico en cambio ya no es capaz de resonar movido por el mundo exterior; esto es por dos razones, o sus fibras están distendidas, o han sido inmovilizadas por una tensión muy grande. Solamente algunas fibras resuenan en el melancólico, y son precisamente aquellas que corresponden al punto donde se localiza el delirio, o sea al objeto de delirio.
Para explicar la manía y la melancolía no se parte de la observación para llegar a imágenes explicativas, sino que se parte al revés, lo imaginario determina el significado sintomático.
Willis es quien pone en relación comprobada a la manía y la melancolía, señalando la alternación como maniaco-depresivo. Descubre un parentesco interior entre ambos males. Cuando la diátesis (propensión) melancólica se agrava, se convierte en furor; al contrario cuando el furor decrece se transforma en la diátesis atrabiliaria. “la llama, con un vivo movimiento disipa el humo; pero éste, al volver a reunirse, apaga la llama y extiende su claridad”.
Ahora la melancolía da paso a un mal pandémico en la sociedad actual, Paco Taibo lo describe asi “Yo de niño admiré la melancolía que invadía a las jovencitas, de cara desteñida por los polvos de arroz, y fui testigo de cómo cuando alguna joven era afectada por la melancolía la sentaban junto a la orilla de un río para que las aguas arrastraran eso que más tarde conocimos como la depresión.
La melancolía no era tanto un mal como una ausencia de males y de bienes, un estar sin estar, un dolor que no podía ser corregido por el aceite de hígado de bacalao, ni tan siquiera por el amor de un joven poeta recién llegado.
Llegaba la melancolía aterrando a los padres de la melancolía que no sabían cómo remediar tal conflicto emocional. Probaban los padres en llevar a la niña melancólica a París, incluso comprándole vestidos de tafetán; todo inútil.
La melancolía no se quitaba sino de la misma forma en como había llegado; sin más ni más, sin más ni menos.
Un día descubrimos que ya no había lugar en el mundo para la melancolía, que había quedado fuera de moda y sin asideros románticos. Su lugar estaba ocupado por un nuevo concepto: la depresión.
La depresión llegó empujada por el conocimiento de que ni el mundo ni el ser humano tenían remedio.
La melancolía era una flor que las aguas del río se llevaban y la depresión es una tormenta que termina con todos los ríos.
Antes cuando la niña entraba en periodo melancólico se recurría a remedios románticos, ahora cuando la depresión entra en un país, en una ciudad o en una casa sólo queda cerrar los ojos y esperar a que amaine.
Una amiga mía, muy joven, ha caído recientemente en la depresión, a sus amigos sólo nos cabe esperar a que salga de ese oscuro túnel y vuelva a sonreír.
Pero la cosa no es fácil ya que ni mi amiga ni los que la rodeamos sabemos si al final del túnel habrá una luz o seguirá otro túnel.”
Para hablar de depresión debemos precisar algunos términos.
El neurotransmisor es la sustancia química que interviene en la producción de impulsos nerviosos en las uniones sinápticas entre neuronas o entre una neurona y el órgano que inerva. Una sinapsis consta de un botón pre-sináptico, una hendidura sináptica y una superficie post sináptica. Los neurotransmisores se liberan por lo botones pre-sinápticos, en la transmisión del impulso nervioso y, pasan de las hendiduras sinápticas a las superficies post-sinápticas. En esta superficie se fijan a receptores específicos, originándose una respuesta concreta.
El neurotransmisor llamado Dopamina esencial para el funcionamiento del sistema
Nervioso central. Durante el tratamiento nervioso, la dopamina pasa de una célula
Nerviosa o neurona a otra y desempeña u papel clave en el funcionamiento cerebral y la conducta humana. La dopamina se forma a partir de un precursor llamado dopa, que se sintetiza en le hígado a partir del aminoácido tiroxina. El sistema circulatorio transporta la dopa a las neuronas cerebrales, donde tiene lugar la transformación en dopamina.
En la depresión no se disminuyen ni aumentan los niveles de serotonína ni de dopamina (estrictamente ligada a la producción de deseo por el sistema nervioso central), sino que se produce un des-balance en el sistema.
El tratamiento de la depresión es con inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO), debido a que esta encima es la que des-regulariza la sinapsis, por lo tanto no deja funcionar a la serotonína ni a la dopamina. Al inhibir la MAO en el SNC se produce un “re-seting” del sistema.
Cabe mencionar que la monoaminooxidasa es producida al igual que la bilis negra- causante del humor negro, y causa fundamental de la melancolía- en el hígado. Podemos pensar la estrecha interrelación de la dopamina, la bilis negra y la MAO. Cuando baja la producción de monoaminooxidasa baja la producción de deseo, siempre y cuando el cuerpo no pueda controlar esta producción con la dopamina y la serotonína, el problema es que la misma MAO des-regulariza a la dopamina y a la serotonína, produce el desbalance necesario para la depresión.

En la modernidad los rostros de la locura ya no son los mismos, cada rostro ha sido normalizado, clinicalizado, o asilado, siempre en el encierro por cierto en sus rostros mas feroces.
Se da paso a un rostro que si da cuenta de la locura en la actualidad, la esquizofrenia se lleva consigo la historia de la lepra, el delirio, la demencia, la manía, la melancolía, y a su vez todos los rostros que enmarcaban la locura en la época clásica. Con la irrupción de la ciencia moderna, si bien se da solución a la antes (“mal”) llamada locura, en ningún caso hace perder la negatividad de la enfermedad, puesto que pone de manifiesto al cuerpo anormal.